Para aplicar estas reflexiones en la vida diaria, comienza estableciendo una rutina de autoevaluación:
Al finalizar cada día, reflexiona sobre lo que has aprendido, actuado y enseñado, y apunta tus observaciones.
Esta práctica no solo solidifica el ciclo del aprendizaje, sino que además te permite identificar áreas de mejora y celebrar pequeños logros. La consistencia en esta práctica puede transformar gradualmente tu enfoque creativo, transformando la teoría en aplicación diaria.